Caminaba lento, no transpiré hasta llegar.
Creía que así me llenaría; si respiraba mas hondo, si me fijaba en los letreros, en la gente.
Me tocó la coincidencia de que tres hombres se bajaron de tres buses distintos, cada uno con una guitarra, las comparé, dos eran color mostaza, de mala calidad. La otra era negra, creo que electroacústica, tenía stikers de colores pegados, pensé que nunca decoraría mi guitarra así, pierde el brillo.
Me percaté de irme por el paso de peatones, sin desviarme a la ciclo vía, que por su color rojo me llama a pisarla.
Leí el letrero de la calle principal para no olvidar mas su nombre. Lo olvidé
Veía mi casa al lado mío, sin embargo tengo que dar una gran vuelta para poder entrar. Eso generalmente me atormenta. Hoy era un alivio.
Hay varios caminos que puedo tomar, generalmente calculo el mas corto. Hoy elegí el mas cómodo. Y supe que por donde me valla, siempre va a tener igual distancia.
Pensé mucho, en lo que dije o no dije hoy, en tomar una ducha, en las papas fritas, en el niño del colegio que iba en bicicleta, un poco antes que yo; antes me daba miedo, hoy cada vez que lo veo me da risa de lo weta que es.
Llegué a mi casa y me percaté de no pisar las posas. Al llegar a la puerta me pregunté porqué las habían, si no recordaba que hubiera llovido.
Al entrar sentí el vacío otra vez. Aun lo siento.
PaliFigueroa.'
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